La historia artística carecería
de evolución sustancial si ciertos personajes no hubieran alzado su voz contra
las represiones, el elitismo que invadía a los cultos de arte expuestos mayoritariamente
en el Salón de Paris a mediados del siglo XIX, o las estrictas postulaciones
del cine clásico en las épocas posteriores al año 1950, inspiraron una serie de
movimientos. Los inadaptados, los valerosos, aquellos que “rebeldes” fueron
llamados, propusieron una nueva visión, más libre, más personal, más humana.
¿Qué tienen en común los
impresionistas y la Nouvelle Vague?
- Francia, cuna de cambios
culturales:
Los artistas parisinos del siglo
XIX gozaban de la opulencia del Salón Carré, en el Palacio de Louvre, las
pinturas con motivos mitológicos, históricos, o alegóricos decoraban las
paredes y arrancaban de los visitantes, alientos entrecortados por el asombro
que contenían al apreciar las obras. La academia cuidaba rigurosamente cada
detalle para conseguir dicha grandeza a su nombre. Sin embargo, como es
hartamente conocido en la historia, los más venerados se codean tan solo entre
exclusivos miembros, los hombres comunes y sus comunes actividades, no
figuraban entre sus intereses.
Salon de Carré en año 1875 Creación de K.Lucjan Przepiorski |
Tuvieron que ocurrir unos 112 años para que un grupo de artista aparecieran y desafiaran ese aire de artificialidad y lo remplazaran con la frescura de la naturaleza, los “impresionistas” dominaron la escena, tras unos años de difícil aceptación por parte de la crítica mordaz que desprestigiaba sus intentos de capturar los instantes sutiles de la luz sobre el agua, o su reflejo entre las hojas de los árboles.
En Francia, el año 1950, sucedía otro intento de acabar con el pensamiento excluyente sobre la forma correcta de realizar la labor, trasladándonos hacia el séptimo arte; el cine; el cual se regocijaba de este título desde el año 1911, con la publicación del poeta italiano Riccioto Canudo. Emergió un grupo de directores, nombrados por la revista francesa Cahiers du Cinema, como la Nouvelle Vague (Nueva ola) abogadores de la libertad técnica y de expresión.
- Valorización por los espacios
exteriores.
Del estudio a la naturaleza, los
artistas pictóricos y los directores de cine instaron por trasladar sus sitios
de trabajo a las fueras de los confines de sus estudios, optando por los
espacios abiertos, las escenas bulliciosas de las calles citadinas o los
concurridos cafés cerca del rio Sena.
Los impresionistas buscaban
capturar los efectos lumínicos, el movimiento causado por las ráfagas de
viento, los cambios atmosféricos. Conocido es el pintor Claude Monet por llevar
esta práctica casi al extremo; su serie de la Catedral de Rouen compuesta por
30 pinturas, representa los efectos del clima, así como las distintas horas del
día.
Serie de la Catedral de Rouen Efectos de la luz
La libertad del espacio era algo
que preocupaba a los miembros de la Nouvelle Vague, con un desprendimiento de
las confinadas paredes, lograban capturar la esencia real del ambiente. También
los movimientos de cámara se convirtieron en toda una innovación, con los
famosos saltos de montaje, tan temidos por los directores del cine clásico por
estropear el orden lógico de la historia, el director Jean-Luc Godard, lejos de
evitar estas visiones tan incongruentes entre sí, las abrazó con todo lo que le
ofrecían. Las diferentes perspectivas de una sola escena, permitían mostrar la
realidad sin un aparatoso montaje que encubriera los espacios menos favorables
para el desarrollo de la trama, para la nueva ola francesa, la naturalidad era
la meta.
Escena de la película "Sin aliento" del año 1960 Grabada en las calles de Francia
- Lo austero y la rapidez del
proceso son esenciales:
En los inicios del cine, las
producciones contaban con poca elaboración en sus obras, la duración, así como
el despojo de una trama concisa no parecía ser necesarias para encantar al
público, pues la invención del cine incluso en su nivel más sencillo, como la
primera producción de unos 46 segundos sobre la salida de los obreros de la
fábrica Lumiére, bastaron para establecer los pilares del imperio cinematográfico que vería sus
años dorados en sus épocas posteriores. Con la industrialización que se
extendió rápidamente a los distintos rincones del mundo, tanta grandeza comenzó
a sofocar a los nuevos entusiastas directores, que se decidieron por un método de
trabajo más veloz, siendo capaces de producir películas en cuestión de solo
semanas y caracterizadas por un bajo presupuesto, el cual se veía reflejado en
los efectos visuales despreocupados y repletos de cotidianidad.
Los impresionistas trabajaban
también con rapidez en su intento de capturar la luz, las largas producciones
que requerían a menudo meses de trabajo fueron sustituidas por un proceso más
reducido de tiempo, el instante se plasmaba y para ello el ojo del artista
desempeñaba la labor de una compleja máquina dispuesta a detectar las sombras y
los reflejos. El artista comprende la ciencia detrás de su lienzo, y se acerca a
conectar más con los colores y la impresión que se lograba con la unión
metódica de estos ¿Cómo podían los impresionistas, buscadores exhaustivos del
retrato natural, plasmar con una rapidez semejante a la danza constante de las
hojas al ser barridas por el viento? Para lograr su cometido, se decidieron por
lienzos de menor tamaño, así como la elaboración de series que expandía
exponencialmente su producción. - El trabajo en la palma de la
mano:
Las luces artificiales y la gran
cantidad de cámaras que permanecían estáticas capturando cada ángulo de los
personajes, aquellas que delegaban el movimiento a los actores, se sentían como
un acondicionamiento del proceso, los directores querían entonces trasmitir sus
visiones, el movimiento caótico entre cada escena quedara impregnado en el
film, por lo que la invención de las cámaras no profesionales de 8 mm y 16 mm dispuestas
a llevarse en el hombro, permitieron a los cineastas seguir los pasos de sus
actores en una desenfrenada persecución que tenía como resultado películas de
culto.
El director Jean-Luc Godard con su cámara al hombro.
La invención de los pigmentos sintéticos,
así como los tubos metálicos de pintura, permitieron a los artistas transportar
sus materiales a los exteriores sin lo dificultoso de utilizar jeringas o
bolsas de piel, así poco a poco las tradiciones se desquebrajaban y las
innovaciones se extendían con vehemencia, por entonces la virtud de los artistas
no podía quedarse retrasada a la nueva ola del arte.
Vejiga de cerdo donde se transportaba la pintura
- El arte común es más interesante
que la idealización de la figura humana
Escena de la película "Hiroshima mon amour" Retrata las relaciones en la posguerra.
El baño del niño (1893) Mary Cassatt
Con la nueva era, los estilismos
no tenían cabida ya, los héroes del ayer se convertían en estatuas polvorientas
cuya sobriedad no combinaban con los vibrantes colores del presente. En la
cotidianidad residían las emociones veraces, bien sabían esto, los pintores del
realismo, que le siguieron luego los impresionistas con sus ejercicios de la
realidad en todo su esplendor. La nueva ola francesa infectó a la población
británica la cual experimentó también una transformación en su forma de hacer
cine, aunque un poco más enfocados en la clase obrera. La nouvelle vague enfocaba
su cámara al interior de sus personajes, capturaba las emociones del día a día
elevadas a una compresión entrañable e inolvidable.
¡Hola, estimado lector! Espero que hayas disfrutado de la lectura, si tienes algún comentario o sugerencia, estaría encantada de leerlo.
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Fue de mucha utilidad la publicación. Muchas gracias.
ResponderBorrarMuchísimas gracias, espero disfrutes de mis próximos artículos.
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