Salvador Dalí: Del arte surrealista al arte cuántico
Con la llegada de un arte más libre tras la primera guerra mundial, las inspiraciones oníricas se desataron y los lienzos se llenaron de imágenes evocativas. El artista entonces no era solamente un medio para la invención de una obra pictórica, era además arte; citando a Salvador Dalí “El surrealismo soy yo” y es que sus creaciones fueron producto de su imaginación, de sus sueños y supuestas alucinaciones provocadas por el uso de sustancias ilícitas. Dalí, así como muchos surrealistas no se pintaba a sí mismo en sus autorretratos, al contrario, pintaba su alma.
La primera guerra mundial, el arte huye del horror:
La mano cede ante la mente:
Dalí consta de un merecido título
como unos de los principales exponentes de la corriente surrealista, con más de
mil obras, su capacidad de visualizar sus paranoias en sus cuadros, le hicieron
ganar innumerables admiradores, sin embargo; las influencias para la
desconexión de la racionalidad fueron ejercidas por el pintor André Masson en
un ejercicio, llamado Automatismo, que permitía a la mente tomar control de la
mano, con motivo de crear obras puramente inconscientes, sin embargo Salvador Dalí
dirigió sus intereses artísticos a un nivel de mayor control, decidiendo a que
delirio dedicaría sus lienzos.
Un hombre tan pelicular como su arte:
Ahondar en los intereses políticos de Salvador Dalí constituye toda una odisea, un mar de abundantes olas en apariencia, que, si osáramos en profundizar sus enormes fauces, podríamos encontrar un simple artilugio pintado de dorado. Sus revelaciones ante la prensa, donde se declaraba “anarco-monárquico” mostraban sus intenciones que a menudo se calificaron de polémicas. La adhesión a una ideología que combinara sus gustos por la libertad y la opulencia, solo confirmaba la opinión de sus críticos e incluso de muchos de sus seguidores.
La Segunda Guerra mundial y el régimen de Franco:
Con las turbulencias que
supusieron la segunda guerra mundial, las alineaciones políticas se fueron
esclareciendo, se hicieron evidentes entonces, las verdaderas intenciones del
pintor; tal como mencionó George Orwell, escritor y periodista británico “Cuando
la guerra europea se acerca, solo le interesa buscar un lugar donde comer bien
y huir si hay peligro” con dicha actitud, el pintor exhibió una desmitificación
de su persona, la cual había elevado el mismo a niveles proporcionales a la de
una deidad, con frases que afirmaban un éxtasis al despertarse cada mañana y
recodarse que él era Salvador Dalí.
El régimen franquista además
de emprender una campaña de dominación total sobre la población española,
también sirvió para los intereses de Dalí por publicitar aún más su imagen, no
se tentó en declarar su apoyo al dictador Francisco Franco por la imposición de
un gobierno que, según él, limpiará la peste de su país natal, España.
Sus temores de ser apabullado
por los sofocos de la guerra, fueron exterminados tal como el panorama general
tras el conflicto, que había quedado despojado, la contrariedad se hallaba en
la posición privilegiada que gozaba el pintor gracias a su cercanía con el
dictador Francisco Franco (que mantuvo su hegemonía hasta 1975, 30 años después
del cese de la segunda guerra mundial) frente a la clara desesperanza y miseria
de los demás ciudadanos españoles, incapaces de respirar si quiera un ápice de
paz.
La bomba atómica: una explosión de creatividad:
¿Cómo podrían las minúsculas
formas que componen un todo, culminar en una inconcebible destrucción de sí
mismas? El impacto de la bomba atómica no dejó indiferente a nadie, la población
había sido sacudida por 6 años de extremo dolor y decadencia, sin embargo, un
evento sin precedentes zanjaría el fin del conflicto bélico, con las explosiones
de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.
El impacto cometido por los
pioneros de la física cuántica, impresionó de manera profunda a Salvador Dalí,
quien se encantó por la composición atómica, desentrañado los cuerpos para
comprender como estos podían ser un conjunto de incontables elementos en igualdad con
todo lo que era y le rodeaba.
Para liberar nuestra mente debemos comprender primero de que está hecha:
"Atómica Melancolía" Representa la pena y desgarramiento por la bomba atómica |
Salvador Dalí llegó a declarar
el remplazo de su mentor en sus intenciones artísticas “Durante el período
surrealista, he deseado crear la iconografía del mundo interior, de mi padre
Freud, del mundo de lo maravilloso, lo he logrado, en la actualidad, el mundo
exterior- el de la física, ha transcendido al de la psicología. Mi padre hoy,
es el doctor Heisenberg”
La era que sucedió a la bomba
atómica generó una oleada de sentimientos en el interior del pintor, que
materializó con su nuevo enfoque, según la visión que se extendió
rápidamente en todo el mundo. La progresión de los avances científicos abrió
una frontera inexplorada para Dalí, quién con el pasar de los años se introdujo
en la religión católica y combinó sus dos nuevas pasiones en la elaboración de
sus obras, más refinadas, estudiadas y con tintes del pasado clásico.
Trabajo final de "Dala Atómica" |
La Dala Atómica y Leonardo Da Vinci:
Su obra recuerda a las
composiciones del pintor Florentino Leonardo Da Vinci, el cual goza de fama por sus estudios de la anatomía humana. Las lineas
trazadas en el boceto nos transportan al dibujo sobre la dimensiones del
cuerpo humano, más famoso del mundo "El hombre de Vitruvio" Además la pose de la musa hace un claro alarde
a las rígidas estatuas del periodo clásico.
Muy buen artículo.
ResponderBorrarMe alegra que te guste, gracias por leerlo.😁
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