Léon Spilliaert: El artista de la soledad mística.





    Los trazos se dibujan con simpleza en el lienzo, los colores se reservan para obras venideras y es la agonía que impone con su presencia, entonces ¿Cómo consigue ahogarnos en suspiros que propiciamos al observar la inmaculada estética de su obra? ¿Es el cuidado estudio de una mente solitaria? El pintor belga Léon Spillieart mostró los primeros indicios de su venidera pasión por el arte desde temprana edad, sin embargo; sus primeras obras se fechan entre los años 1900 cuando se permite desprender todo su imaginativo en pinturas que demostrarían su enfoque desolador y a su vez universal con personajes de carácter mayoritariamente andróginos.

Femme en pied (1902)


 

Femme en pied- Léon Spilleart

Femme en pied

Sobre el pintor: 

    Con 21 años se enfrascó de lleno al mundo pictórico y descubrió las obras del escritor Edgar Allan Poe, mientras laboraba para ilustrar su oscuro universo. Las capacidades artísticas de ambos danzaron con magnificencia, y pese a que Spilliaert nunca conoció en carne al afamado escritor, los relatos y cuentos pertenecientes a Poe, le dotaron de su espíritu, perdurable incluso después de la muerte del inglés.

 

Sobre la pintura: 

    La obra titulada Femme en pied (Mujer de pie) se envuelve en una esencia misteriosa con la presencia casi vampiresa de la modelo, de largas extremidades y contornos faciales marcados, convierte a su vestimenta oscura en un notable contraste de su pálida tez. Conociendo los trasfondos marcados por su ídolo Edgar Allan Poe, la obra cobra sentido de ser una representación más allá de un vago retrato, una alegoría quizás a la muerte; donde la dama de aspecto andrógino se viste de luto en espera de su inevitable final.


The gust of wind (1904) y La beuveuse d´absinthe (1907)



The gust of the wind


La buveuse d´absinthe 

Sobre el pintor: 

    Las noches tejían la oscuridad celestial y cuando el frio se expandía como una corriente imparable, los desolados sitios velaban por los adoloridos, los inadaptados, los apartados, que vagaban con expresiones impactantes, junto a otras almas en pena, Spilliaert formaba parte del grupo de aquellos que las penas acarreaban o que más bien el dolor les obligaba a recorrer largas caminatas en busca de una distracción que aliviara el pesar de su vida. Víctima de una ulcera estomacal, la ciudad de Ostende (Bélgica) acogía su cansada alma y permitía que su creatividad tomara control de sí mismo.


Sobre las pinturas: 

    Las obras The gust of wind (La rafaga de viento) y La buveuse d´absinthe (La bebedora de absenta) muestran a una presunta dama que según sus apariencias no distan mucho de la otra, casi como si fueran la misma alma en ambas carnes y mismos vestidos opulentos, sus miradas conectan con el espectador con una profundidad incapaz de ignorarse, pues sus rostros desvelan todo su martirio.

 

    La primera mujer (the gust of wind) se presenta a una lejanía segura del espectador, su expresión facial reside en un misterio hasta que nos decidimos de traspasar la barrera, aquella que tormentosa desata el telar de su vestimenta y parece sofocarla con todas sus fuerzas hasta hacer posesión de ella. Cual estatua se postra al barandal que le sostiene por detrás, mientras que nos suscita pesar con su desgarrador grito silencioso.


La segunda dama (La bebedora de absenta) es trazada con más cercanía a nuestra presencia mientras viste elegantemente, con su mirada arrolladora entrelazada a nuestro mirar que, logra atrapar cualquier atención por su intrigante estado. Como el título lo indica, es fácil percibir la agonía de una persona encerrada en un vicio, que tras los efectos de su “mágica bebida” deja tan solo un espíritu sorprendido por su cruda realidad. 


!Hola, estimado lector! Quería comentarte que había hecho una reseña sobre la pintura "La bebedora de Absenta" en la página llamada "Historia del Arte" Por si deseas leer más sobre lo que he escrito, ahí encontrarás otras de mis reseñas. 


Self-potrait in mirror (1908)


 
 
Self-portrait in mirror

Sobre el pintor: 

    Léon concibió sus ideas, cosechadas en el seno de su imaginación y regadas por las increíbles creaciones de sus artistas más admirados, personajes como Edvard Munch, Odilon Redon o James Ensor hacen apariciones especiales en su catálogo pictórico, sus influencias se reflejan con las miserias personales y atemporales de Munch, los simbolismos de James Ensor y las oníricas e inolvidables imágenes de Odilon Redon.

 

Sobre la pintura: 

    La expresión fantasmagórica desenmascara la realidad del pintor, como su mente trastornada se ha presentado en una particular visión frente al espejo. Su pose nos coloca a nosotros por debajo de su imponencia, recordando a las imágenes clásicas sobre fantasmas que acechan a su víctima y la dejan postrada en el suelo. Los elementos al fondo del lienzo se combinan con astucia en la temática, con finos arreglos dorados, incorporan la elegancia de lo que presuntamente puede ser la recámara de una habitación.

 

    Un reflejo inexistente en el espejo resalta aún más la condición tenebrosa, la piel grisácea y los orificios oculares que adquieren mayor profundidad, así como la sombra que oculta un costado del rostro, demuestran un estudio de los tópicos comunes de horror convergidos todos en sencillos trazos. 


Vértigo (1908)



Vértigo


Sobre el pintor:

    Una rápida reproducción de sus obras fue gracias a su trabajo que le permitía desarrollar constantemente su creatividad. Las influencias literarias, más allá de Poe, le proporcionaron también las palabras escritas para exponer visualmente lo relatado. Con la doctrina del escritor Émile Verhaeren, quien tuvo su apogeo con el misticismo y el simbolismo; que además se vio influenciado por el también escritor, Arthur Schopenhauer, otro de los admirados por Léon, los versos pesimistas que escupía con autoría, el escritor alemán, sirvieron para forjar la personalidad de muchos de sus adeptos.

 

Sobre la pintura:

    La obra muestra a la siempre cubierta fémina, modelo de sus lienzos simbolistas, la coloca en los escalones más altos de unas supuestas gradas infinitas con los colores monocromáticos, negro y blanco, propios de los espirales hartamente utilizados para la hipnosis. Nos hace entonces, conectar a un nivel casi incontrolable con la situación desgraciada de la joven. Nuevamente el viento sopla con fervor y pone en riesgo la estabilidad donde se encuentra la fémina, que permanece con fortaleza sin siquiera perder un telar de su vestido. 


La Baigneuse (1910) L´élévation (1910)

 


La baigneuse 


L´élévation 


Sobre el pintor: 

    En un debido seguimiento de sus obras, es posible notar como su producción se torna cada vez más simbólica, las influencias del imaginativo fantasioso del pintor Odilón Redon se vuelven más obvias, con una temática que nos adentra cada vez más a un mundo de extrañas formas, figuras con poderes sobrenaturales y poses inusuales.

 

Sobre las pinturas: 

    La primera pintura La Baigneuse (La bañista) nos muestra a una mujer, nuevamente, contemplando las aguas de tinta negra, que revueltas crean nítidos patrones de espirales inconclusos y ondulaciones entrecortadas. Vincent Van Gogh da uso a este medio de mezclar los elementos del paisaje con su bien consabida obra “La noche estrellada” la cual resulta contrastante por su elección de colores llamativos frente a los tonos apagados de la obra de Spilliaert que refleja al cielo nocturno en las aguas. Se muestra nuevamente unas gradas, mas se reserva su extensión para la imaginación del espectador.

 

    La obra L´élévation (La elevación) muestra dos figuras de aspecto femenino elevándose a los cielos, mientras abandonan el marítimo paisaje de manchas negras. Sostenidas de sus ébanos cabellos, se posicionan una detrás de la otra mientras que lucen sus carnes desprovistas de cualquier vestidura. La putrefacción se puede casi respirar, emanando de sus rostros cadavéricos, además sus posturas tan unidas una con la otra, parecen provenir de ambos cuerpos fusionados en uno solo.


Hibou (1918) Sailing Vessel at sea (1920) y De Witte hoeve (1930)

 


Hibou


Sailing Vessel at Sea 


De Witte Hoeve 

Sobre el pintor: 

    En los años posteriores a sus temporadas de mayor pena y desasosiego, su vida al fin vio una luz de esperanza cuando se casó y de su unión dio fruto a una criatura que marcaría un impacto beneficioso para su forma de apreciar la vitalidad que rebosaba en su hogar durante esos días. Irónicamente acercándose a su muerte en 1946, el pintor se embarcó en una etapa de mayor optimismo, trazando paisajes y animales.

 

Sobre las pinturas: 

    Hibou (Buho) presenta a un búho que mira con detenimiento al espectador (un recurso realmente valorado por el artista y que recuerda a ciertos personajes del pintor Edvard Munch) Mientras ramas de todas direcciones parecen completar el cuadro. Hace alarde el color brillante del árbol en comparación a la oscuridad de fondo.

 

    En la obra Sailing Vessel at Sea (Velero en el mar) se despoja de figuras humanas o de animales, y permite al lejano barco ser el protagonista de entre un mar de figuras oscuras puestas, como si se tratase de un digno tormento proveniente de la rabia del mar. Mediante un astuto uso de las formas, colocadas en el cielo, aparentan ser como murciélagos que asechan el navío.

 

    La curiosa estructura blanca en De witte houve (La granja Blanca) Sobresale en con un cielo claro y en un pasto verdusco. Atrás han quedado los lienzos nocturnos que impregnaban sus paisajes repletos de impresiones y traumas. Con un estilo menos laborioso dedica al cuadro de una naturalidad casi infantil.


¡Hola, estimado lector! Como siempre, espero lo hayas disfrutado. Escribí sobre este pintor porque es uno de mis favoritos. 

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